¡Divinidad! Que surgiste de la unión de los rayos gemelos, los cuales, han levantado la serpiente ignea con la actividad de Eros Filos y Ágape, formando así el caduceo y su cúspide, donde la luna y el sol se fusionan, donde el espíritu desposa al alma, donde en lo alto destella el árbol de la vida, aquel cuyo cobijo es por siempre infinito y de un amor incondicional que jamás termina y que funge como el brazo derecho siempre en el corazón; el que constituye el paradigma del sentimiento-pensamiento: la mente amorosa que crea el carro de fuego, el enigmático Merkaba y que por ende siempre estará en sus manos la precipitación de la eterna providencia... abundante... opulente...
Fluyan perpetuamente los intrínsecos ríos de agua viva en la Magia de los fuegos alquímicos.
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